Que Vargas Llosa abra la Feria del Libro de Buenos Aires será sólo un hecho efímero que se diluirá en el tiempo inmediato como todo lo insustentable.
Además, la exposición de sus ideas anacrónicas difundidas por el anémico Mariano Grondona, el joven viejo Pablo Rossi y el converso Claudio Fantini, entre otros, será buena para la reafirmación del proyecto nacional y popular que le devolvió los sueños a nuestro país. Los contrasten suelen ser buenos.
Todo pasará tan rápido como los lúgubres pronósticos de Lila (color funerario si lo hay) Carrió.
Tan ligero como el estrellato del “Tony” De Angeli (¿se acuerda lector?).
O como el acantonamiento en el Banco Central del “perverso” (según Luli Love) Hernán Pérez (alias Martín Redrado), que intentó hacerle perder al país millones de dólares ahorrados.
Vargas Llosa en la Feria del Libro descalificará a Chavez y Venezuela, a Fidel y la gloriosa Cuba, a Correa y su revolución ciudadana, a Evo Morales y la redención indigenista, a Ortega y el sandinismo, o al presidente de Paraguay, obispo de los pobres, Fernando Lugo, o a Cristina de Kirchenr y a todo lo que huela a cambio, pueblo, sensibilidad social, Patria Grande, bolivariana, sanmartiniana, artiguista.
Por supuesto que en su descalificación ideológica excluirá a la Colombia de Santos o al Chile de Sebastián Piñera.
El premio Nobel de literatura; premio con el que la academia de Suecia -nación que sustentó su crecimiento en la amoralidad de la ambivalencia durante la segunda Guerra Mundial jugando a dos puntas (protegía a los judíos y le habría la fronteras a los nazi para que los cazaran)-, también distinguió a Barak Obama en el rubro “Paz” (vaya despropósito: el presidente de la nación más bélica de la historia contemporánea) y que nuestro síndrome colonialista nos lleva a magnificar como distinción pletórica-, trabaja para ciertas instituciones, o más bien organizaciones ad-hoc, antinómicas a la liberación de los otrora sojuzgadas naciones de Latinoamérica que hoy, con esfuerzo y contradicciones -que también existen- busca materializarse.
Hay que dejar que la verba reaccionaria se explaye y que el pueblo contraste, entre Vargas Llosa y Eduardo Galenao; entre Marcos Aguinis y Aleandro Dolina.
Y en otro plano, entre Mirtha Legrand y Víctor Hugo Morales -con perdón del uruguayo por tan baja contrincante- contextualizándolo en lo cotidiano.
En la inauguración de Expo Agro organizado por Clarín, entre otras corporaciones, fueron los cobayos de la política doméstica como Duhalde, Sáenz, ¡Pino Solanas! -y su progresismo juvenil al servicio de lo vetusto- y sigue la lista. Unidos en torno a los terratenientes nostálgicos de un Estado a su merced; de un Estado ausente en la defensa de los interese populares.
Los indígenas que a fines del siglo XIX el genocida Roca convirtió en pasto para las ovejas de los terratenientes, son hoy los peones rurales sometidos a esclavitud por los Biolcatti y los Venega. Y la Sociedad Rural sigue siendo la misma que cantaba en inglés el triunfo corporativo sobre los masacrados peones rurales de la Patagonia a comienzos de la década del XX.
Todos ellos justificarán que la presencia de Vargas Llosa en la Feria del Libro sea un ejercicio de libertad.
Que así sea. Así debe ser. Que se unan y fosilicen juntos, mientras la historia avanza contando la realidad que será materia de análisis y comprensión en el futuro.
Mientras tanto, los invisibles piensan, experimentan, cambian de opinión, abren los ojos, los cierran, vuelven a cambiar de opinión, pero difícilmente retrocedan.
Conclusión: la presidenta Cristina de Kirchner hace dos años estaba bajo tierra en cuanto a la consideración popular en la provincia de Córdoba. Hoy su intención de voto es más del 40 %. Algo ha pasado.
No hay dudas que el pueblo, el populismo, a los que la luz de la historia de Mitre y sus acólitos consigna al margen, piensa, saca conclusiones. ¿Las causas?.. Y, bueno, la única verdad es la realidad, decía un general, y la realidad cambia las opiniones con sorprendente dinámica. Tan dinámica como los hechos que la nutren.
Y los hechos van apagando la pirotecnia verbal de ciertos personajes de la política: Sáenz pidió perdón por sus críticas a la Asignación Universal por Hijo. Luís Juez se retractó de sus críticas al programa Fútbol para Todos.
¿Qué les pasó? Y, sí, es muy difícil ser opositor a un gobierno que ejercita el poder más allá de las contingencias electorales e implementa sus propuestas programáticas. Es decir, que cumple con lo que dijo que iba a hacer. Es muy difícil ser opositor ante semejante presidenta.
Entonces, hay que dejar que Vargas Llosa plantee sus teorías trogloditas, lindantes con el racismo, la exclusión social y a la que sólo le falta el test de inteligencia para acceder al voto. Dejar que él, y las organizaciones derechistas que lo sustentan expresen su acendrado desprecio a la América morena y los caminos hacia el socialismo latinoamericano, que incluye al peronismo como vía.
Hay que dejar que el agua corra y empape de realidad el presente. Así será como Vargas Llosa y su legión de intereses corporativos terminará chapoteando en el fango. Donde ya están, desde que América latina empezó a mira hacia adentro.
Uno de los precursores de esta visión, aún con un solo ojo habilitado, fue el inmortal Néstor Kirchenr, primer presidente de la Unión de América del Sur.
Lo vamos a escuchar a Vargas Llosa, y después continuaremos con la construcción del “populismo” inclusivo. El se llevará los dólares de sus honorarios y seguirá destilando veneno a donde los pusilánimes lo convoquen.
Nosotros seguiremos luchando con alegría, como Arturo Jauretche decía.
escribe Ruben Ruedi
aveces nom entiendo a mis leidos compañeros como es el caso de ruben , que el escritor venga y diga lo que quiera , tenga el pensamiento que tenga tenga los titulos que tenga como borges anteriormente no le quita ni le pone nada a la causqa popular y si es asi yo no tengo porque ir a escuchar a un tipo que esta en la otra vereda, en la vereda parami equivocada contraria a lo que pensamos mmillones de tipos desde que america del sur desidio forjar su propio destino esto tampoco quita ni un a pice de talento al escritor puede gustarme como escritor como novelista pero no iria a escuchar una charla politica y mucho menos compartiria ni si quiera un cafe con este tipo
ResponderEliminar