viernes, 29 de enero de 2010

DIGA LO QUE DIGA LA PRESIDENTA SIEMPRE RECIBE CRÍTICAS


Es evidente el encono, ensañamiento, intolerancia y falta de respeto de muchos sectores del periodismo para con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Ante el anuncio de alguna medida, cualquier pretexto o motivo son válidos para emitir críticas infundadas, casi incoherentes y despiadadas: pues ante el anuncio de la estatización de las AFJP los medios hablaron de utilización de los fondos recaudados para financiar cierta actividad política, ante la ley de medios se habló de manipulación de la prensa, censura o control de la opinión pública, ante la asignación universal por hijo hablaron de clientelismo político, y los ejemplos son infinitos.

Así también son innumerables los artículos periodísticos que hablan de “seriedad extrema”, del “mal humor”, y el “rostro tensionado” de la presidenta”. Pero cuando la primera mandataria está más distendida, con otro humor, con otra cara resulta que también es blanco de las críticas.

Un ejemplo claro es la infinidad de comentarios negativos que se emitieron en periódicos y radios ante los conocidos comentarios de Cristina sobre la propiedad afrodisíaca de la carne de cerdo: “sexo, chistes y risas, el plan para subir en las encuestas”, dijo La Nación en el titular más crítico.

Y si bien los dichos de la presidenta fueron algo impertinentes o poco afortunados, la actitud de los medios de contar las costillas a todos sin fijarse en sus propios errores o defectos es más grave. Porque son estos medios quienes tienen mayor influencia en la formación de la opinión pública, porque a través de ellos se construye la imagen del país en general y en este caso de la presidenta en particular dentro y fuera del país. Y no creo que las desmedidas críticas por dichos que son superficiales, al borde de la broma y el chiste, sin otro fin que el de distenderse y ponerle otra cara a la realidad sea bueno para la imagen del país y del gobierno. Por lo tanto son estos mismos medios los que provocan a veces el mismo mal humor que a veces, según ellos, tiene la presidenta.

Pero bueno, mientras continúe esta guerra entre el gobierno y los grandes medios, nos cansaremos de ver titulares hostigantes para con la imagen de la presidenta. Solo está en quien lee o escucha las informaciones y opiniones saber discernir entre quienes tienen buenas y quienes tienen malas intenciones.

Autor: Cro. Luis Cechini


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