domingo, 25 de abril de 2010

Internet como la nueva fuerza política de Indonesia

Se emplean diversas redes sociales para manifestar su apoyo o rechazo a las medidas del gobierno; con 21 millones de usuarios es el tercer país con mayor cantidad de miembros de Facebook en el mundo


YAKARTA.- Inconformes con que se haya instalado una estatua de Barack Obama a los 10 años en un parque de la localidad, los indonesios llevaron su protesta, no a las calles, sino a Facebook . Con más de 56.000 manifestantes en línea, funcionarios de la ciudad cedieron a argumentos en cuanto a que el parque debería ser reservado para honrar a un prócer nacional indonesio.

Este ejemplo de organización de alta tecnología en las bases populares fue el resultado directo de la explosión de la redes sociales en Indonesia. Sin embargo, este auge está impulsando un feroz debate con respecto a los límites de la libre expresión en una democracia incipiente en el país asiático, al tiempo que el gobierno intenta regular el contenido en Internet y medios de comunicación, devolviendo la embestida.

Quienes abogan por una mayor libertad consideran que las redes sociales son una herramienta vital para democratizar, incluso más que las estructuras tradicionales. Los escépticos, particularmente entre políticos y dirigentes religiosos, temen al mandato de la turba y la pérdida de los valores tradicionales.

En su acción más reciente, el gobierno propuso una iniciativa de ley que exigiría a los proveedores de servicios de Internet filtrar el contenido en línea, pero fue obligado a archivar el proyecto, luego de una vociferante protesta en la Red y en los principales medios de comunicación masiva.

Gracias a los teléfonos celulares, que son relativamente baratos y ofrecen acceso a Internet, Facebook, Twitter y redes sociales de tipo local, los medios masivos se han extendido rápidamente de ciudades a poblados a lo largo del sureste de Asia, particularmente en Indonesia y Filipinas.

En poco más de un año, el número usuarios indonesios de Facebook se ha disparado hasta más de 21 millones, respecto de menos de millón; el tercer mayor número de usuarios de Facebook en el mundo.

Ahora, con decenas de millones de personas conectadas de manera instantánea, las redes sociales rápidamente se han convertido en una potente, y a veces impredecible, fuerza política.

Las protestas en Facebook y otros sitios respaldaron exitosamente a dirigentes de la principal dependencia anticorrupción de este país, quienes, en un añejo conflicto en contra de la policía nacional y la procuraduría general, al parecer les habían tendido una trampa y fueron arrestados bajo cargos falsos. La ira en línea motivó la intercesión del presidente Susilo Bambang Yudhoyono; la policía y la procuraduría general, consideradas entre las instituciones más corruptas del país, abandonaron el caso y pusieron en libertad a los funcionarios en noviembre.

En otra causa célebre, el respaldo de los usuarios de Internet fue crucial para la liberación de una madre de 32 años de edad, la cual había sido encarcelada después de haberse quejado del mal servicio en un hospital de las afueras de Yakarta. Los fiscales la acusaron bajo una nueva ley que rige la información y transacciones electrónicas porque había enviado un mensaje de correo electrónico a sus amigos, detallando sus quejas. Con el tiempo, un tribunal la encontró inocente, en diciembre.

Tifatul Sembiring, el ministro de comunicación y tecnología informática, dijo que el gobierno reintroduciría la iniciativa de ley para regular el contenido en línea después de un periodo de "enfriamiento".

"Queremos limitar la distribución de contenido negativo como la pornografía, apuestas, violencia y blasfemia", dijo Tifatul, agregando que el contenido en línea debería ser regulado de forma tal que se preserven "tanto nuestros valores como nuestra cultura y nuestras normas".

Internet como la nueva fuerza política de IndonesiaEl uso intensivo de Internet en Indonesia genera preocupación entre funcionarios políticos, quienes desean regular y controlar el flujo de información en la RedFoto: AFP
ANADig, colaboración Silvia Goñi, fuente La Nación autor Norimitsu Onishi
The New York Times

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