lunes, 7 de junio de 2010

Luis Cechini: A propósito del Día del Periodista

Hoy es el Día del Periodista y por supuesto es una ocasión más que propicia para reflexionar sobre la actividad de informar y dar a conocer los hechos de la vida cotidiana a través de los medios de comunicación en nuestro país.
La actualidad la actividad periodística está atravesando un momento muy particular, signada por un contexto de adversidad, de antinomias, de disputas, de distorsión y de tergiversación de la profesión.

De periodistas y medios
La actividad periodística es desarrollada por personas, por seres humanos, que piensan, que tienen una historia, un bagaje, una cultura, que lo llevan evidentemente a desarrollar sus tareas desde su perspectiva personal, desde su cosmovisión del mundo, desde su punto de vista individual. Pero también influyen en el ejercicio del periodismo las características del medio, su línea editorial, sus intereses, sus necesidades, sus particularidades.
Pero cuando todo eso se desnaturaliza ocurre lo que ocurre en la actualidad, donde los ciudadanos somos rehenes de un sistema de medios y de un dispositivo de producción y difusión de la información dominado por un poderoso monopolio, que en su afán de obtener más poder y en el marco de su enfrentamiento con el gobierno, forma y no informa, confunde y no aclara, empobrece y no enriquece a los vecinos, que en vez de levantar las voces de la democracia, las calla, las duerme, las mata, que censura, que amordaza.
Con una infinita cantidad de medios en su poder y por ende con menos cantidad de voces y diversidad, y con radios, periódicos y canales de TV a lo largo de todo el territorio nacional que echan por tierra el concepto de federalismo y de país, este monopolio pone el serio riego el concepto de libertad de expresión y priva a los argentinos y a sus periodistas de investigar y recibir informaciones y el de difundirlas, sin limitación de fronteras y por cualquier medio de expresión, tal como lo establece el derecho internacional, al tiempo que le quita dignidad, veracidad, prestigio y naturalidad a la profesión periodística de quienes trabajan en esos medios.
Y del otro lado, un gobierno que impulsó una ley de servicios de comunicación audiovisual impugnada y cercenada por los grandes poderes, que a través del canal estatal busca llevarles la información, el entretenimiento y la educación a todos los argentinos, que tiene aciertos y ningún medio del monopolio los destaca, que tiene errores y esos mismos medios los sobredimensionan, que toma decisiones y todos ellos se oponen, que tiene proyectos y ninguno de los nombrados los acompaña.
Por eso que este 7 de junio de 2010 sea un punto de inflexión para el inicio de una nueva etapa del periodismo, que de comienzo a una nueva era donde la comunicación y la información deje de ser patrimonio de unos pocos y pueda empezar a ser un bien social para todos. Para ello cada medio, cada periodista, cada institución debemos hacer una crítica y una autocrítica de nuestra profesión, una reflexión, una mirada madura y superadora, progresista, con miras al futuro y con perspectivas positivas.

Luis Emanuel Cecchini
Técnico Superior en Comunicación Social

1 comentario:

  1. En el pasado la historia la contaron los que ganaron y por eso muchos hechos se desdibujaron y se desnaturalizaron. Debió pasar mucho tiempo para que las voces silenciadas fueran escuchadas. En los tiempos posmodernos, la realidad la construyen los medios, para que creas que las cosas ocurren como ellos quieren que vos pienses. De la misma manera que los periodistas deben reflexionar sobre su actividad, quienes somos sus escuchas debemos tener una mirada critica sobre lo que nos brindan. Todos hablamos desde un marco conceptual e ideológico, lo que no es malo, lo malo es tratar de hacer creer a los demás que se habla desde un marco de objetividad absoluta, porque eso no existe, o lo que es peor que son los portadores de una verdad revelada. Luis me gusto mucho tu artículo

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