lunes, 7 de junio de 2010

El periodismo argentino refunfuña, contradictoriamente, contra notables twitteros locales


La comunicación en los tiempos del Twitter. Domingo 6 de junio, hoy entro a mi Twitter y me encuentro con un link a una nota del diario La Naciónhttp://bit.ly/bl6ixh en el que la periodista Laura Capriata analiza pobremente el revolucionario fenómeno del Twitter. En la nota la periodista señala “Los políticos argentinos dicen en Twitter lo que no siempre se animan a decir en público. Pelean con sus adversarios, descalifican y hasta insultan a sus críticos, blanquean sus pensamientos y revelan detalles de su vida personal”.


Teniendo en cuenta que Twitter es una Red Social novísima, obviamente instala un nuevo código y género de comunicación “el mensaje de 140 caracteres” que es tan público como la comunicación por cualquier otro medio. De este modo los dichos en Twitter, sobre todo si los escriben personas públicas, son de circulación social tal como un comunicado en la tv, la radio o en la prensa gráfica. Por tanto, cualquiera que postee en Twitter se anima a decir en público lo que dice ya sea un comentario contra algún adversario o bien detalles de su vida personal, la única diferencia es que este soporte instaura un nuevo género de comunicación y permite tematizar y volver acontecimiento público hechos que antes de la revolución “internética” eran sólo del ámbito privado, hoy en cuestión y resquebrajado.
Por otra parte la periodista señala: “A diferencia de EE.UU. y de Europa, donde esta red (…) se usa principalmente para publicitar a candidatos, difundir propuestas y comunicarse directamente con la sociedad, en nuestro país el nuevo chiche digital asimiló la personalidad de la dirigencia local y adoptó un perfil distinto”. Particularmente celebro que en nuestro país las personalidades que usan Twitter expresen un perfil distinto a las europeas o norteamericanas poniendo en primer plano nuestra idiosincrasia, nuestra particular manera de habitar, percibir y pensar el mundo. Las diferencias culturales existen y es digno de festejo que también se expresen en twitter. Por otra parte, instalados en el año 2010, me pregunto ¿Cuánto tiempo más vamos a seguirnos comparadnos con EEUU y Europa, sin asumir nuestra identidad Latina y su particular manera de expresarse? A su vez es digno de mención y de brindis que la dirigencia local pueda sincerarse y “blanquear”, tal como lo expresa la periodista, sus pensamientos y hasta sus rutinas cotidianas ¿O esto no es una forma de transparencia y honestidad?
La nota de La Nación continúa quejándose del Jefe de Gabinete “Si las declaraciones de Aníbal Fernández ‘en vivo y en directo’ ya provocan polémica, mucho más sus tweets, donde discute por igual con políticos opositores o detractores de a pie”. Este reclamo sí que es insólito: La periodista se está quejando de que el Jefe de Gabinete reconozca como interlocutores válidos a todos los ciudadanos argentinos, se enoja porque Aníbal Fernández se acerca a los ciudadanos, dialoga, debate ¿No es acaso la democracia un gran debate que permita disentir, consensuar y construir?
Recuerdo que hasta hace muy poco tiempo el periodismo argentino refunfuñaba porque el Kircherismo no se comunicaba con los ciudadanos o porque el diálogo con la población (medio tradicional mediante) era escaso. Hoy la dirigencia argentina de todo el arco ideológico descongela el debate político freezado por el neoliberalismo y los puños de la dictadura, es una época de dialogo y debate abierto, sin silencios ni censuras oscuras ¿No es esto una maduración en cuanto a nuestro modo de relacionarnos? ¿No es acaso una verdadera apertura de la dirigencia a la comunidad? ¿No es este nuevo estilo una manera de acercamiento entre dirigentes y población que humaniza el poder? ¿No es acaso digno de festejo pensar que hay línea directa a quienes están conduciendo nuestros destinos, sea cual fuere su definición política? ¿No es importante que puedan expresar sin censuras ni mediaciones periodísticas sus más íntimos pensamientos? ¿No es acaso ello un paso hacia la transparencia y por tal una reconstrucción de la confianza en las instituciones y en la dirigencia?
Antes se quejaban del verticalismo, del mutismo, de la poca comunicación del gobierno con la población. Hoy se quejan de la horizontalidad y de la verborragia del gobierno con la población. Esto mi abuela lo llamaría gataflorismo o NALESVIB (Nada Les Viene Bien).
Valeria Esposito

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